El otro día os hablaba, así en general, del exceso de actividades extraescolares que tienen muchos niños.
Hoy os contaré qué hacen los míos, que, la verdad, no es poco. Porque una cosa es lo que uno opina, así, en general, y otra es la realidad que se impone. Eso que nos lo digan a los que somos padres y hemos dicho alguna vez eso de: "Si yo tuviera un hijo, nunca..." para luego tener que tragárnoslo.
El mayor cursa tercero de la ESO, llevaba unos años en los que solo iba a la piscina dos horas a la semana, algo que le gusta bastante, pero este año no quiere ir porque la mayoría de sus compañeros ya han cumplido 16 y lo han dejado, así que le tocaba con un grupo de gente más joven que él y esas cosas, a esta edad...
Nos decidimos porque preparara algún examen de Cambridge, así que ha empezado en una academia. Le gustan mucho los idiomas, tanto el inglés como el francés, y tiene intenciones de salir este verano a estudiar fuera, y lo de la academia lo ha pedido él, porque en casa no nos lo habíamos planteado.
Además de eso, este año quiere jugar a dos deportes en el instituto: fútbol sala y voleibol. No se lo plantea más que para ir a entrenar cuando pueda y sus estudios se lo permitan, que creo que será poco.
Al peque ya sabéis que le ha dado por la música y esa es su principal actividad. Tiene que practicar todos los días un ratito, incluidos los fines de semana, así que eso ya le lleva muchísimo tiempo. Además, tiene clase de música, entre unas cosas y otras, cuatro horas y media a la semana, lo cual no le deja tiempo para nada más.
Como su pediatra, que es muy estricta (y un poco pesada) con el peso de los niños, nos dijo que tenía que hacer algo de deporte, conseguimos que siguiera con la piscina, los sábados por la mañana. Va con su padre y pasan un rato los dos juntos después de la clase, dan una paseo y espero que se convierta en una salida padre-hijo, algo que necesitan mucho.
Los dos niños además llevan años jugando al tenis los domingos por la mañana, algo que también hace que salgan de casa el domingo, un día que en casa es de pereza absoluta.
En realidad, me parece mucho lo de los dos, más lo del peque, por la cantidad de horas, porque tiene todos los días un rato de práctica en casa y porque necesita jugar. Pero la música es su elección, y las cosas van poniéndose más duras cada año.
Veremos si podemos con todo.
Madre mía yo misma me estreso de leer tanta extraescolar!!! Pero mira, si ellos lo eligen van contentos. Yo veo que hay niños que van a las extraescolares que eligen sus padres por ellos y no van nada contentos... Tu hijo pequeño debe de tocar ya como los ángeles. Yo de pequeña iba a una escuela de música del pueblo. Aprendí a tocar el clarinete pero solo iba dos horas a la semana...
ResponderEliminarUn besazo reina!!!
Es cierto que lo han elegido ellos, y a mí, que tengo las tardes libres, me supone más estrés que vayan a cosas que tenerlos en casa.
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La música exige mucho,pero si les gusta...lo disfrutan un montón.Yo tengo trío musical en casa y de momento les encanta,esa es la recompensa a las horas que emplean.
ResponderEliminarBesos.
Ya sé que coincidimos en tener músicos en la familia, pero en tu caso los tres!!!!
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En mi caso también elegían ellos las extraescolares excepto natación, que se lo recomendó el pediatra porque eran muy delgaditos y necesitaban reforzar un poco las lumbares. Y lo dejaron exactamente por lo mismo que tu hijo, si en el fondo hay cosas que no cambian.
ResponderEliminarSu otra elección fue la música y además de guitarra estuvieron unos años en un coro, les encantaba. Además de los ensayos dos días a la semana tenían actuación muchos fines de semana, pero era una manera de salir con gente de su edad de forma controlada, lo que me gustaba. Además participaron en una ópera, actuaron en Carmina Burana(me requeteencanta), actuaron con un grupo mucical local conocido, actuaron el la boda de la directora y dieron muchísimos conciertos, con y sin orquesta sifónica, lo que yo creo que les da mucha cultura general de música y despierta su sensibilidad.
No lo dejaron ellos, crecer y cambiar la voz es un problema en un coro, especialmente para mi hijo.
También fueron a beísbol, lo cual me gustaba por lo que tú dices del tenis, iban los domingos por la mañana y era una forma de tomar el aire, y los entrenamientos tenían buen horario. Esto lo hicieron cuando dejaron el coro y la natación.
Y fueron probando otras cosas, pero siempre elegidas por ellos. Y ahora en carrera ella es voluntaria de cruz roja y va a un coro y él empezará en enero al coro y quiere mirar algo más, ainnns, se me van a agotar.
Creo que los tuyos han elegido, y eso es bueno porque no les impones.
Besitos.
Han elegido ellos, y siempre ha sido así, porque ya tendrán tiempo de ir mal en algo y tener que hacer clases porque sí, por obligación.
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Comentándolo con amigas el otro día, sus hijos son más mayores que los míos, las de tus hijos me parecen pocas.
ResponderEliminarLa verdad que yo tenía todas las tardes ocupadas hasta que llegué al instituto, a los 14 años. A partir de ahí estudiar fue lo primordial.
Hay padres que utilizan estas clases para ocupar el tiempo de sus hijos mientras ellos no están, y no recuerdan que la primordial actividad de sus hijos debe ser jugar. Esta sociedad, con estos horarios de infarto, nos está abocando a esto, a dejar aparcados a nuestros hijos.
Cuando yo era pequeña, no hace tanto, tengo 35, existían las Ludotecas, íbamos a jugar, a cantar, a bailar, a relacionarnos con otros niños de otros colegios distintos al nuestro. Las madres nos dejaban allí un par de horas a la semana porque nos encantaba ir, porque en invierno hace mal tiempo para ir al parque, y porque era una actividad lúdica que no requería concentración como el resto de extraescolares.
Ya veremos cómo lo llevo yo con Clara, que apenas tiene 21 meses y ya vamos juntas a música y a natación...
Esto de las extraescolares da para un debate taaaaaaaaan amplio...
Gracias por tus palabras en mi blog. Un abrazo
Sí, es un tema complicado. Yo no hacía nada porque vivía en un pueblo muy pequeño, y ganas tuve de ir a muchas cosas, pero ahora se les lleva a demasiadas.
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Yo creo que, mientras lo elijan ellos, y entre dentro de lo normal, todo es saludable
ResponderEliminarTodos coincidís en los mismo. Bueno, pues en eso los míos está claro que lo han elegido ellos, salvo la piscina el pequeño, pero solo va una hora a la semana...
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Como ya te han comentado, si las extraescolares son elegidas por los niños y no una imposición no le veo ningún problema, lo malo es cuando hay que llevarlos a extraescolares sí o sí y a lo que haya guste o no.
ResponderEliminarBesos.
Ese es el consuelo que tengo.
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La verdad es que lo de las actividades extraescolares es un dilema, porque es verdad que los niños tienen que jugar, pero también es cierto que para los padres a veces es difícil compaginar el horario de sus hijos con el suyo propio. En mi caso, que aún no tengo hijos, me plantearé este dilema es un futuro.
ResponderEliminarBesos-
En mi caso no es cuestión de horario, y han sido elegidas por ellos.
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Creo que la diferencia está en que si son actividades que ellos eligen o que son impuestas, al elegirlas uno mismo ya son parte del juego!
ResponderEliminarSiempre hemos intentado que fueran por gusto, pero es cierto que si no les llevas a nada no saben qué les gusta...
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Ro, resulta que tenía tanto que decir que en lugar de un comentario testamento he escrito una entrada ;)
ResponderEliminarHay que ver lo mucho que me cunden tus entradas.
Un beso
Ya te he leído, y estoy muy de acuerdo contigo.
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Vengo de allá para acá, y me alegra :)
EliminarJo, es que la música es muy sacrificada :((
ResponderEliminarAyyyyyyy, si es que nunca sabemos qué hacer.
ResponderEliminarEn casa yo tengo dos extremos, una que no se lanza a nada, y otro que se interesa por todo, y no sé qué es peor, porque el lanzado luego tiene poco de constante.
Este año la mayor tiene inglés, eso lo impusimos nosotros, porque me parece ridículo llegar a la uni sin nivel; y voleibol, voluntario. Tan voluntario que el primer día ya dijo que no le gustaba, y claro, hubo discusión, porque aunque la matrícula ha sido barata lo pidió ella (y además es que necesita hacer algo de deporte), y va a tener que seguir yendo.
El peque, inglés y tenis, aunque todavía no ha empezado el curso por una pequeña lesión que ha tenido. También quería y debería ir a natación, pero eso tiene que ser el fin de semana, porque no le da para más. Pero es que él necesita hacer deporte y estar fuerte, y como he dicho al principio, uno nunca sabe qué hacer :((
P.S.: se me olvidaba la catequesis, una hora a la semana, y que además debería irse con la bici los domingos. Pobre.
Lo esencial es que a ellos les gusten esas actividades extraescolares..
ResponderEliminarA los míos les gusta el fútbol y tres días a la semana entrenan.Los fines de semana juegan partidos.
Ya sólo con eso es difícil compaginar sus estudios y el fútbol.
Besos,Ro!!
De pequeña yo también hacía muchas actividades extraescolares, todas elegidas por mí, y no lo recuerdo como un suplicio, al contrario.
ResponderEliminarDe hecho, cuando me fui a la universidad lo dejé y ahí tengo colgado el inglés, a sólo un curso de terminar la Escuela de Idiomas, y es algo que me fastidia mucho. A ver si el año que viene consigo acabarlo.
Besazos.