Estoy malita

Llevaba ya un tiempo con molestias en un ojo. Desde que volví de vacaciones de Navidad.

Había pedido hora al oculista pero había tenido que cancelarlo por una reunión.

Finalmente fui ayer por la tarde.

La cosa se complicó, que si gotas para dilatar el ojo, que si te miro, que si te vuelvo a mirar. Toda la tarde allí. Las nueve de la noche y sólo quedábamos el médico y yo... bueno, y mi chico que había venido a buscarme un tanto asustado.

Finalmente el diagnóstico: desgarro en la retina.

- Te tengo que dar unos puntos de láser para que eso no vaya a más.

- Vale.

- Pasa por aquí.

Pensé, os lo juro, que iba a firmar papeles y autorizaciones.

Pues no, me sentó allí, me colocó un catalejo en el ojo, y venga fogonazos de láser.

Al principio pensaba que serían, no sé, tres, ocho, diez... Cuando pasábamos de cien perdí la cuenta porque me dolía demasiado y mi otro ojo lloraba y lloraba sin parar.

En fin, que estoy en casita, con un ojo tonto, libre de la nieve por hoy (no hay mal que...)

Y que necesito mimos.