A estas alturas, tengo bastante facilidad para conciliar mi trabajo con mi vida familiar, porque mis hijos van siendo mayores, cada vez más independientes y necesitan cada día menos a sus padres en un montón de cosas.
Ya os he contado que van (y vuelven) solos al cole; el mayor lleva a su hermano al colegio de camino al instituto. No hay más remedio porque yo salgo de casa antes de que ellos se hayan levantado. Y el mayor también va solo a la piscina, o si tiene que ir a la biblioteca, sale ya al parque con sus amigos, y se ha ido haciendo una persona bastante independiente.
El pequeño, con nueve años, aún depende de nosotros para llevarle a extraescolares, por ejemplo, pero se queda solo en casa si es necesario, o baja, como hoy, a cortarse el pelo (tenemos una pelu debajo de casa) y no necesita a nadie.
Pero estaba hoy recordando otras épocas en las que no era todo así, ni mucho menos.
Recuerdo la peor, cuando mi hijo mayor tenía un año, y empezó el curso. A mí me destinaron a un lugar aún más lejos que el que trabajo ahora, un pueblo de montaña al que tardaba una hora y cuarto en llegar, siempre que no nevara.
Viajaba también con compañeros, y salíamos de la ciudad a las siete.
No conseguí encontrar una guardería que abriera antes de las siete y media. Así que lo tenía muy muy difícil.
Mi chico entonces pidió en su trabajo hacer los turnos de tarde o noche siempre que fuera posible, y los hacía la mayor parte de los días, pero de vez en cuando trabajaba por la mañana, y entonces tenían que venir mis suegros, que viven a unos veinte minutos en coche, antes de las siete de la mañana, para quedarse con el niño y llevarle cuando se despertara a la guardería.
Y pensaréis ¿por qué no cogiste a alguien que te lo cuidara en casa?
Porque no encontré a nadie. Busqué y busqué, lloré lo que no está escrito y no encontraba a nadie que quisiera venir a mi casa antes de las siete de la mañana, que para todos los que llame era demasiado pronto. Y luego yo llegaba a casa a más de las cuatro, y eran muchas horas, así que, o no querían, o una señora que aceptaba (la única) me cobraba tanto que me era más rentable dejar de trabajar.
Los dos años que estuve en aquel pueblo fueron muy duros en horarios, porque imaginad cómo llegaba yo a casa después del trabajo y el viaje inmenso y para mi peque era la hora de merendar. Mi chico tenía que trabajar casi siempre por las tardes, y cuando llegaba a casa el niño y yo ya estábamos dormidos.
Fueron años duros, luego mejoraron, por horarios y por un montón de cosas, e incluso con dos, nunca lo he pasado tan mal como entonces.
Y estaba pensando que no quiero olvidarlo, que no quiero olvidar la sensación de no llegar a todo, y de estar demasiado cansada para pasar tiempo con mi hijo jugando o disfrutar de él, y pensar que eres la peor madre del mundo porque no tienes ganas de nada después de haberte levantado prontísimo, haber viajado, trabajado, viajado, y pasado la tarde sola al cuidado de un niño de dos o tres años.
Y estaba pensando también que si ahora mismo los niños fueran
pequeños no tendría ninguna posibilidad de dejarles con nadie antes de
irme a trabajar, y que tendría que penar porque mis suegros ya están
mayores para esos trotes. Bueno... no quiero ni pensarlo.
Te entiendo perfectamente.
ResponderEliminarYo tuve dos mellizos cuando la mayor tenía dos años...adiós a trabajar...
Porque era fue imposible otra solución,ni siquiera tengo familia aquí.
Un beso
En tu caso entiendo perfectamente que te fuera imposible. Es que no hay manera de hacerlo. Yo tenía a mis suegros, y tuvieron que echarme una mano, pero ahora mmismo no tengo a nadie, más que amigos, de los que tirar si necesito algo. Afortunadamente las cosas van cambiando cuando crecen.
EliminarBEsos.
Para mí eso es una heroicidad. En serio. (Me encantaría que leyera esto la maestra del pequeño, la que os pone en el cuaderno que "os preocupéis más por él) ;-)
ResponderEliminarPues entonces la mayoría de las mujeres, madres y trabajadoras son heroínas. Porque muchas ya sabes que lo tienen peor.
EliminarLo de la profe es un caso. Prefiero ya no llevarme mal rato. Esta semana ha sido: Ruego que le miréis alguna vez la agenda a vuestro hijo y que le firméis las notas. Y juro que, aunque no sea mi obligación, se la miro a diario, pero muchas veces me olvido de firmar si el niño ha sacado la nota que sea en un control.
Besos.
Mierda de conciliación!
ResponderEliminarConcilia... ¿Qué?
EliminarHola. me sentí totalmente identificada con tu reflexión... me pasó lo mismo cuando mis hijas eran pequeñas y no había ninguna niñera que quisiera trabajar antes de las 8 de la mañana... fue tremendo y fue mi marido quien cambió todos sus horarios laborales por y para nuestros hijos... recuerdo esa sensación de andar a mil por hora, de ir agobiada a todas partes, de llegar a casa muerta de cansancio...Hoy en día estoy como tu. Mis hijas ya son mayores y me gusta que asuman responsabuilidades y que sepan reaccionar ante situaciones de la vida cotidiana. También ya las dejo ir solas a sitios cerca de casa y coger solas el bus del cole... Qué duro fueros esos primeros años de maternidad y que bien estamos ahora en comparación con el pasado... aunque cada época tiene su encanto. ¿no? Seguimos en contacto
ResponderEliminarSí, cada época tiene su lado bueno, y con los niños pequeños se disfruta mucho, pero esos agobios de entonces no los cambio por la tranquilidad de ahora.
EliminarBesos.
Qué complicado, Ro... Por suerte, todo pasa, y ahora puedes disfrutar de esa independencia que empiezan a tener tus niños y la carga se hace más liviana. Y me parece bien que no quieras olvidarlo, porque acordándose de los malos momentos también se disfrutan un poco más los buenos.
ResponderEliminarUn beso
Todo pasa, y cada etapa tiene sus cosas buenas, pero la sensación de ser una mala madre, de dejar a tus hijos porque te empeñas en trabajar aunque a veces te cueste más que te los cuiden que lo que ganas, el cansancio, la falta de ayuda,... no se puede olvidar.
EliminarBesos.
pufff, me han dado ganas de llorar solo de leerlo. Pero también he de decirte que eres "afortunada" por tener trabajo y por tener siempre el mismo horario. Yo trabajo a turnos, fines de semana incluidos, con casi 30 años y todavia en casa de mis madres porque no puedo permitirme nada más
ResponderEliminarEs una pena que la sociedad en la que vivimos sera por y para trabajar
Es muy cierto lo de mis horarios. Tengo esa suerte, pero conozco el otro lado, porque mi chico también trabaja a turnos, y eso ha supuesto siempre que he sido yo la que he tenido que contar con mi horario para organizarlo todo alrededor, porque él algunas noches no está, algunas tardes tampoco...
EliminarBesos.
De verdad que haber superado todo eso merece un monumento para ti y muchas madres que pasan por ésto. Yo no tengo experiencia obviamente porque no tengo niñ@s pero mi trabajo de fin de master fue sobre conciliación laboral-familiar-personal así que investigué mucho el tema. Es decepcionante ver las pocas medidas que se implantan en España en la mayoría de los sitios (comparado con las que existen o con otros países) y que no pasen precisamente por lo que viene siendo mejor para la vida familiar...
ResponderEliminarBsitoss
Entonces, aunque no tengas experiencia propia, sí sabes cómo están las cosas en este país y es una vergüenza.
EliminarBesos.
Yo aún no soy madre, pero te entiendo. Lo veo a diario en mis hermanas (algunas madres separadas, con sus complicaciones y tal), amigas, conocidas ... Pero al final podéis con todo, sois "supermamás".
ResponderEliminarAprovecho y me quedo por aquí, que no conocía tu blog.
bsos!
Muchas gracias.
EliminarBesos.
Prefiero ni pensarlo, porque o es que directamente no hubiera tenido la opción de dejarlos con mis suegros ni padres. En mi casa eso, no "se lleva". Te las apañas.
ResponderEliminarYo también pasé una etapa bastante dura así, con la niña sola, cuando tenía un añito. La verdad es que fue un calvario, y ahora que no trabajo fuera de casa y son mayores, no sé cómo me las apañaba. Supongo que también cuenta mucho la edad, porque desde luego no son lo mismo los 28 de entonces que los 41 de ahora. Y gracias a que pude permitirme el lujo de no tener que mandarla a la guarde con meses, porque entonces mi turno era de tarde, y ninguna guardería estaba abierta hasta tan tarde (trabajaba en un comercio).
Cuenta un montón la edad. Yo también tuve al niño con 28 y no tiene nada que ver tu vitalidad y tus ganas con la edad qeu tenemos ahora.
EliminarBesos.
Madre mía, que agobio y angustia!!!!
ResponderEliminarMi cuñada tuvo el mismo problema, ella se va de casa a las seis y media y su marido está a turnos, por lo que una semana puede cuidar a su hijo(ya es mayor) y la otra no. Cuando nació el niño y a las 16 semanas se reincorporó al trabajo no encontró a nadie que le cuidara al niño a esas horas, bueno, lo que dices, una señora que le pedía casi el sueldo. Al final tuvieron que arreglarse dejando al niño una semana si y otra no en casa de mi suegra, a 40 minutos en coche, y nada más salir de trabajar ella se iba para allí para estar con él por las tardes. Mi cuñada tuvo depresión y todo por "abandonar", según ella, al niño. Y cuando empezó al cole...no podía ir una semana a cada cole así que se lo dejaba a una cuñada que vivía relativamente cerca, lo matriculo en el cole al que iba la niña de su cuñada y ésta los llevaba a la vez. Se lo dejaban de noche, cenado y bañado y la cuñada lo levantaba, vestía y llevaba al cole, así de lunes a viernes hasta que tuvo una edad en la que empezó a levantarse solo y a ir al cole solo, y los veranos de nuevo con la abuela.
Es vergonzoso que no existan soluciones para estos horarios. Y otra de mis cuñadas, que es enfermera tuvo que montar una logística familiar para poder trabajar que ni te cuento, según ella debe tantos favores a la familia que no tiene vidas suficientes para pagarlos. Un beso y al menos ahora puedes disfrutar a tus nenes. Menudo rollo te metí, sorry.
A mí eso ya me parece más duro aún, irte a dormir a tu casa y que tu bebé no esté, que esté en casa de tus padres o de tus suegros me parecía la peor opción, además con los míos eso habría sido imposible porque hasta los tres años daban muy malas noches y eso no se lo puedes mandar a otros, eso es para ti. Pero sé de madres que hacen lo que tu cuñada, y tiene que ser durísimo.
Eliminarbesos.
Otra que te entiende perfectamente, es mi experiencia, o muy parecida. Hoy está superada pero no olvido lo difícil que fue hacer compatible tantas cosas y la sensación de frustración y de agobio que vivimos.
ResponderEliminarUn abrazo!!
No, no podemos olvidarlo, porque las sensaciones son tan duras...
EliminarBesos.
Madre del amor hermoso. ¿Y tú dices que no eres una superwoman? Yo creo que sí.
ResponderEliminar:*
Ya sabes que hay muchas que lo tienen peor, porque mis horarios no son malos, lo que pasa es que mi provincia es muy grande y me han mandado muy lejos.
EliminarBesos.
No lo pienses no, disfruta de lo bueno que tienes ahora que ya se van organizando ellos solos.
ResponderEliminarEs tremendamente agobiante y agotador, pero yo tampoco quiero pensar en ello esta noche, que estamos de fin de semana. Un abrazo
El peque se lo ha cortado mucho?? con lo que me gusta a mí cuando va repeinao... ja ja
Muy bien, disfrutemos del finde, que por aquí incluye el lunes y el martes. Yuhu!!!
EliminarBesos.
No es justo que tengáis que hacer malabares con los pies para poder tener una familia y una carrera profesional, o que tengamos que elegir una cosa o la otra; nada justo.
ResponderEliminarBesos.
No, no es justo, y cada vez más mujeres nos sentimos engañadas. La casa, los niños, el trabajo, y se espera de nosotras que no fallemos en nada.
EliminarBesos.
Pues sí, cuando yo me incorpore a trabajar tendrán que venir mis padres a las 7.15 para poder quedarse con os enanos. Eso, o levantarles a ellos a las 700 y llevarles a casa de mis padres. Una mierda, vamos.
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