No me dejaban dar la clase, no había manera de leer con ellos unos capítulos del libro con el que estamos ahora, después no había forma de empezar las explicaciones y por último, cuando conseguí hablar durante dos minutos, con miles de interrupciones de por medio, y me puse con ellos a leer unos poemas, ya fue imposible.
Tengo una paciencia casi infinita y tiendo a ponerme en su lugar, a entender que es un rollo estar sentado hora tras hora mientras te cuentan cosas que no te interesan, pero ya habíamos pasado una hora en los ordenadores, entretenidos, trabajando y escuchando música. Así que tocaba un poco de clase tradicional, y esperaba que hoy fuera entretenida, porque me quedaba muy poquito para terminar una tema y quería leer algo de poesía con ellos.
Así que me enfadé de la peor forma que me puedo enfadar, porque no soy de dar gritos, de castigar (aunque a veces lo haga), sino de quedarme callada y comérmelo yo todo. Me hierve la sangre, pero muy dentro, y eso hace daño.
Ellos se dieron cuenta pero parece ser que les dio igual.
Y ahora les espera una larga penitencia. Primero, no les voy a llevar a los ordenadores a trabajar hasta nuevo aviso, algo que hacemos casi a diario, porque tenemos dos horas seguidas cada día, y una aprovechamos para hacer investigación, ver un documental o preparar trabajos. Segundo, mañana en tutoría, en vez de seguir con la peli que estamos viendo, vamos a hacer una tutoría como a ellos no les gusta, de trabajar también, y así sucesivamente.
Se van a acordar de lo que es tener clases distendidas y amenas cuando dejen de tenerlas.
(Luego también es cierto que no puedo mantenerme enfadada mucho tiempo...)
A veces viene bien enfadarse... Animo, que ya es viernes.
ResponderEliminarNo saben la suerte que tienen...
ResponderEliminarSiento decirte que a los géminis se nos pasan rápido los cabreos...;)
ResponderEliminarDe vez en cuando es imposible no explotar, pero seguro que con tu castigo van a aprender.
Ánimo, Ro, que ya es viernes
Pues estoy contigo, que valoren lo que tienen. A ver si cuando carezcan de esos momentos relajados y distendidos se dan cuenta que de vez en cuando también hay que comportarse, como dice mi padre hay que estar para las duras y para las maduras.
ResponderEliminarBesos.
¡Ayns!!!
ResponderEliminarLo raro era tanta santa paciencia...
ResponderEliminarYa verás como luego están como una seda.
Ánimo y un abrazo!
ResponderEliminarEs inevitable enfadarse, aunque uno los quiere muchísimo y los aconseja un montón. Ánimo.
ResponderEliminarBufff yo es que no tendría paciencia....!!! pero está muy bien que aprendan a valorar los privilegios cuando los pierden durante un tiempo. Besos guapa.
ResponderEliminarYo al revés, tengo que aprender a no enfadarme, enseguida pierdo la paciencia.
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