miércoles, 28 de febrero de 2018

Absentismo escolar

El curso pasado tuve un par de alumnos que faltaban muchísimo a clase. Para una de ellas eso supuso perder el curso.


Todas las faltas estaban justificadas, pero no por nada grave, sino dolores de cabeza, mareos, la regla, un viaje, un enfermo en casa... no sé, cosas todas ellas comprensibles por separado pero no todas juntas, día tras día.

Este año tengo una clase con tres alumnos que faltan sistemáticamente, un alumno en otra clase que apenas ha venido en el mes de enero y febrero, y todo ello repercute muy negativamente en las clases, porque son pocos pero es muy dífícil avanzar cuando faltan la mitad o más, como fue el caso del martes pasado, en el que vinieron dos de una clase de seis.


Siempre intento tener actividades para estos casos, como todos los profesores: repasar conceptos, realizar alguna actividad aparte, porque tened en cuenta que no faltan una hora, porque tengo dos cada día con los mismos alumnos. A veces hacemos algo fuera de lo de todos los días, pero también es difícil con dos alumnos hacer nada provechoso que no tengas que volver a hacer con el resto otro día...

Lo que esto demuestra es, por un lado, que algo falla cuando un alumno no quiere venir a clase, cuando no se encuentra bien en el centro, y también cuando en su casa no le dicen nada si falta sistemáticamente a su centro escolar, a aquel lugar que le puede dar las posibilidades para acceder a otros estudios o para llegar a algo laboralmente.


Y esto del absentismo escolar, de faltar a clase con motivos más o menos peregrinos, tiene mucho que ver con la importancia que para ellos y sus familias tienen los estudios. Tiene mucha más importancia  una mañana de compras, un dolor de cabeza que podría pasarse en un rato, un día que se han acostado tarde y se han quedado dormidos, un pequeño problema familiar, un hermano enfermo que ha dado mala noche... poned aquí lo que queráis, pero lo que quiero decir creo que está claro: no les interesa, ni a ellos ni a sus padres, el tema de los estudios. Y por eso son los mismos padres que no vienen a las reuniones, esos padres a los que te cuesta encontrar cuando les llamas, esos que protestan luego por todo y a los que todo les parece mal... Porque no valoran la labor que hacemos cada día, y no me refiero a la de los profesores, sino también a la de sus hijos, los alumnos.


En otro orden de cosas, estoy faltando por aquí porque estoy inmersa en muchas cosas y no me dan los días para todo. Ya os iré contando. El caso es que yo también soy un poquito absentista... en este caso de bloguear.

lunes, 26 de febrero de 2018

Manta DIY

Me encanta hacer cositas con las manos, pero no soy excesivamente buena. Y en realidad, me pasa una cosa: normalmente mis expectativas son muy altas cuando empiezo algo, y luego no me suele quedar como quiero. Y eso me frustra mucho. Así que muchas veces dejo las cosas a medias.


Tenía unas lanas compradas desde que cambiamos el sofá, hace más de un año, y con ellas quería haber hecho una especie de fundas para los cojines. Pero las empecé y no me convencían, así que las lanas y las agujas se quedaron ahí, durmiendo el sueño de los justos.


Hasta que en enero decidí rescatarlas y ponerme a hacer una manta de cuadritos. La culpa la tuvo mi madrina, que me mandó una foto de una manta de este tipo que ella estaba haciendo, la suya de ganchillo, parecida a la que hice yo hace muchos años, ayudada y dirigida por una tía abuela, cuando estaba embarazada de mi pequeño.


El caso es que me puse a ello y me enganché, como me pasó la otra vez, porque en un rato tienes hecho un cuadro, y ves que la labor va creciendo. Tenía lana de tres colores y aumenté a uno más para que hubiera más variedad. Luego tuve que volver varias veces a visitar la tienda de lanas, porque no terminaba de calcular el material necesario.


Finalmente, hace unos días, mi madre terminó de armar y coser todos los cuadros. Y me encanta el resultado. Tanto que ya estoy pensando en mi próxima labor.


Como veis, no tiene ninguna dificultad, es para principiantes muy principiantes, porque mi nivel con las dos agujas no llega muy lejos. Pero estoy contenta, sobre todo porque la he terminado.

domingo, 25 de febrero de 2018

Mi semana 8/52

Empezamos la semana con la revisión del pie de mi madre en Madrid. Esta vez no se nos arreglaron las cosas de otro modo y tuve que pedir el día en el trabajo para acompañarla. De paso, a la vuelta pasamos por su casa, en Palencia, porque mi hijo mayor tenía que entregar un trabajo que precisaba de fotografías antiguas y algunos documentos que mi madre tenía guardados. Así que nos dimos un buen viaje.


Después, la semana ha estado marcada por otro viaje, el de mi hijo mayor con sus compañeros a Roma. Sí, son fechas extrañas, pero los profesores consiguieron muy buen precio por ser en estos días, así que no podemos más que estarles agradecidos. Además, han estado de exámenes estos días, justo hasta un rato antes de marcharse, y ahora descansan para volver a la carga. Se fueron el miércoles por la noche, y hemos estado hasta ese momento de preparativos. Su primera vez en avión, y las ganas locas que tenía por conocer Roma. No vuelve hasta el martes de madrugada.


En clase todo va bien, sin novedades, lo cual está muy bien. Y creo que esta semana han trabajado más, y han estado más dispuestos. He sido yo la que he tenido poca paciencia y pocas ganas, quizá por el catarro que arrastro desde el domingo o el lunes, quizá porque estamos todos en casa malos, quizá simplemente porque empieza a pesar el trimestre... no lo sé, el caso es que, a pesar de no haber trabajado el lunes, la semana se me ha hecho interminable.

Ayer pasé el día en el Bierzo, por dos motivos, y los dos estupendos: primero, había quedado con algunos antiguos compañeros, que ya estamos todos desperdigados por distintas provincias y comunidades, y decidimos comer juntos; y segundo, me llamaron unas alumnas de mi primer año allí, en el Bierzo, que estaban pasando el fin de semana en casa (todas están en la universidad, ya terminando) y que les gustaría verme. Y a mí esas cosas no se me dicen dos veces. Por supuesto que habría hecho el viaje solo para verlas, pero estando ya allí...



Lo pasamos muy bien, recordando anécdotas, hablando de compañeros y alumnos, poniéndonos al día, y también viendo como mis chicas van madurando, y siguen siendo unas chicas estupendas.

Y yo, para rematar una semana excesivamente ocupada, tengo una comida con compañeros de mi actual centro. Puse la excusa del viaje de ayer, pero no coló, y dentro de un rato me toca ponerme en marcha de nuevo.


Pero eso no es todo. Tenía un proyecto a medias, con toda la calma del mundo, y ahora urge terminarlo en dos o tres días, así que me espera hoy un día muy ocupado, y los próximos dos días también trabajaré mañana tarde y noche. Eso ya os lo contaré.

¿Qué tal vosotros?¿Cómo ha sido esta semana?


jueves, 22 de febrero de 2018

Cosas de familia

En los últimos días, hemos realizado en casa un salto al pasado que nos ha dejado a todos nostálgicos y pensativos. Os cuento.

Mi madre es la de los tirabuzones

Mi hijo mayor tenía que hacer un trabajo de historia que consistía en entrevistar a una mujer que hubiera vivido durante la dictadura de Franco. Las preguntas de la entrevista venían dadas en el enunciado del trabajo y eran cuestiones sobre igualdad, oportunidades para trabajar, el cuidado de los hijos, expectativas de vida, dieta, higiene... no sé, muchas cosas.

Por supuesto que la persona elegida la teníamos en casa: su abuela. Y ella encantada de contar su vida a su nieto mayor. Y él también, porque le encanta estar por ahí cuando una persona mayor cuenta anécdotas de su vida, o de cómo se vivía en otras épocas. Nunca se pierde las conversaciones familiares, las cosas que le cuentan sus abuelos, y le encanta hablar con mis tíos abuelos, que aún me quedan dos, y ambos con una memoria prodigiosa.

Ya me gustaría a mí que alguna vez un bañador me hubiera sentado así.

En el fin de semana, le hizo la entrevista y la grabó. Después estuvo transcribiendo sus palabras, pero en las instrucciones se insistía en que no tenían que hacerlo en formato de entrevista, sino redactar un reportaje sobre todo lo tratado en la misma. Y así lo hemos hecho.

Pero lo mejor no ha sido el texto, que nos ha dado en estos días para muchas conversaciones, muchos recuerdos, y también para ver que un mismo recuerdo tiene distintos puntos de vista según lo vivido, y cosas que mi madre recuerda de una manera, yo lo hago de otra. Lo mejor han sido las fotos.

Esta foto ha dado para mucho. Ahí, en el cochecito, estoy yo. Y el modelo de mi madre está claro de qué época es.

El otro día pasamos por la casa de mi madre a la vuelta de su revisión en Madrid y trajimos una selección de fotografías de su infancia y juventud, fotos que mis hijos no habían visto, que demuestran que me parezco a mi madre mucho más de lo que quisiera, y que han dado también para muchas conversaciones.

Ha sido, como os decía al principio, un viaje al pasado lleno de añoranzas, y que nos ha servido a todos para conocer mejor a mis abuelos, a mi madre y a mi padre, sus circunstancias, su vida. Y también para rememorar cosas que estaban olvidadas en el fondo de la memoria, para pensar que cualquier tiempo pasado no fue precisamente mejor, pero fue como fue debido a las circunstancias, y que la vida a veces te lleva por donde quiere y no precisamente por donde eliges. Y eso no es solo aplicable a mi madre, sino a todos.

Por eso hoy me he permitido poner por aquí algunas de esas fotos familiares que han despertado tantas cosas en esta familia.

miércoles, 21 de febrero de 2018

¿Qué estamos haciendo en clase? (5)

Sigo con mi serie de entradas para dejar cuenta por aquí de lo que son mis clases, no por dar explicaciones a nadie, más que a mí misma, que a veces me creo que no estoy avanzando nada, y luego puesto así, explicado, resulta que sí parece que hacemos algo.


En segundo seguimos con clases de textos, por ejemplo. Hemos estado con la descripción y la narración y practicando a realizar textos. Ahora estamos con el diálogo y a partir de entonces vamos a intentar escribir una historia entre todos que incluya narración, descripción y diálogo. A ver lo que sale.

En Historia terminamos la Edad Media, dedicamos un tiempo a hacer esquemas, y ahora, antes de empezar la Edad Moderna, estamos con el mapa físico de España. El político nos llevó mucho tiempo y este también va a ser duro de aprender. Quería hacer el mapa con plastilina, pero son tan torpes con las manos que no sé yo si plantearlo siquiera. Quizá termine siendo solo un mapa hecho a mano entre todos en plan mural.

En cuanto a pequeños proyectos, tenemos a medias el del día de la mujer, y se van a preparar la exposición de su trabajo sobre una artista, que ya está casi terminado, para ese día. Además, pensamos decorar el pasillo con un papel continuo dedicado a las mujeres.


Estamos dedicando tiempo este curso a los esquemas, mapas conceptuales y al tema del visual thinking del que os hablé hace un tiempo. Esto último no lo pillan muy bien, hay que trabajarlo mucho más, pero estamos llenando la clase de esquemas y está bien, porque creo que es algo que les organiza la mente. Van aprendiendo y cada vez salen mejor.

En tercero hemos estado trabajando varias cosas: el proyecto para todo el año que realizamos cada mes, dedicado a: un personaje importante, una obra de arte, una obra literaria, una musical, una película y una palabra curiosa. Enero lo llevamos con retraso y se hicieron un poquito los remolones con febrero, así que la semana pasada los rematamos los dos, les perdoné la exposición oral de enero pero en estos días toca la de febrero.


Otro proyecto que han realizado en estos días tiene que ver con el día de la mujer. Ya os hablé de ello: escogimos mujeres artistas, han hecho una presentación y la van a exponer en ese día. Además, realizan, junto con la otra clase, un mural en el pasillo.

Y el tercer proyecto que hemos terminado, de momento, tiene que ver con el tema del medio ambiente en el que hemos estado inmersos. Han escogido un espacio protegido de nuestra comunidad, cada uno uno diferente, y están trabajando buscando información e imágenes para hacer un mural. Sí, estamos muy visuales...

También con tercero hemos empezado ya a hablar de economía, unos temas que no me gustan demasiado y que el curso pasado no llegué a tratar: los sectores económicos. Veremos cómo lo enfocamos y lo trabajamos.


Y por último, con estos chicos seguimos adelante con la sintaxis, tan lentamente que algún caracol acatarrado ya nos ha adelantado. No quiero dejarme a ninguno atrás, que para eso están en esta clase. A pesar de que algunos no quieren, están viendo y entendiendo poco a poco la estructura del sintagma y llegaremos esta semana a la oración: sujeto y predicado. Quizá este trimestre no pasemos de ahí.

En cuarto, con la presión del temario y la titulación final, voy más airosa con el temario. Terminando generación del 27 y en sintaxis repasando las oraciones simples. Y no las llevan tan mal... En estos días están rematando su trabajo sobre las mujeres del 27, y también quería que habláramos de ellas para el día de la mujer.

Y creo que eso es todo, de momento.

martes, 20 de febrero de 2018

Un millón de gotas, Víctor del Árbol

Hace ya días que no os hablo de una lectura. Pero primero estuve leyendo los tres libros de la saga de Pérez Gellida, que me llevaron bastante tiempo, y después me metí de lleno en esta novela de Víctor del Árbol, que también tiene un volumen considerable.

Como ya os dije cuando hablé de Por encima de la lluvia, no iba a tardar mucho en leer otro libro de este autor. Y le ha tocado a este título:


Título: Un millón de gotas
Autor: Víctor del Árbol
Editorial: Destino

El protagonista es Gonzalo, un abogado que vive en Barcelona con su mujer y sus dos hijos. Parece que su vida está a punto de dar un cambio porque se va a unir al bufete de su suegro. Pero el cambio vendrá por otro lado completamente diferente.

Una novela que mezcla pasado y presente y, como lo era la otra novela que he leído de este autor, una novela de personajes, con unas personalidades muy bien logradas, tanto que te resultan muy reales, muy de carne y hueso.

En el pasado, se habla de la guerra civil y también de la Rusia de Stalin. Quizá sea esta última la parte de la novela más lograda, que más emotiva resulta. En el presente, Barcelona está bastante más desdibujada, y los personajes que la habitan me resultan, en algunos casos, un poco obsoletos, como de otro tiempo más lejano, pero creo que es una percepción mía.

En definitiva, os diré que me ha gustado mucho, que la elección del título me parece muy acertada, y que es muy probable que Víctor del Árbol y yo nos volvamos a ver en otra de sus historias muy pronto.

lunes, 19 de febrero de 2018

Pelis de dos en dos

Ya sabéis que estos días hay montones de estrenos, todos a la vez antes o después de los premios que se van a dar y que se están dando en estos días. Ayer fue la ceremonia de los premios Bafta y de entre los premiados me quedo con:

  • Daniel Kaluuya como mejor intérprete revelación. Me gustó mucho la película Déjame salir.
  • Tres anuncios en las afueras como mejor película (aunque no sea mi preferida de las nominadas) y mejor guion original.
  • Coco como mejor película de animación.
  • Guillermo del Toro como mejor director y su película como la mejor banda sonora.

Y es que también he visto, en mi carrera por ver algunas de las películas nominadas a los óscars, La forma del agua.


Título: La forma del agua
Director: Guillermo del Toro

Se trata de una bella historia en la que la protagonista, una joven muda, trabaja en la limpieza de una especie de laboratorio de investigación en el que vive una extraña criatura. Está ambientada en los años sesenta y es muy tierna, una especie de cuento maravilloso y lleno de música e imágenes preciosas.

Tiene trece nominaciones a los Óscars y no creo que se lleve los más importantes, pero me parece de las mejores películas que he visto últimamente.



Título: El hilo invisible
Director: Paul Thomas Anderson

Es una película que podría haberme gustado, de verdad, pero me ha dejado bastante fría, especialmente por la personalidad del protagonista, tan egocéntrico, tan maniático, tan controlador, y porque no hacía más que pensar en la relación tóxica que se establece en su trama. El caso es que la estética es preciosa, pero no me ha convencido.

domingo, 18 de febrero de 2018

Mi semana 7/52

Esta semana empezó con dos días de fiesta, además coincide que mis días más duros en el trabajo son los lunes y los martes, así que ha sido una semana muy llevadera, pero es un punto de inflexión, uno de esos momentos en los que cuentas los días que quedan del trimestre y te das cuenta de que has estado perdiendo el tiempo con los alumnos y que tenías cientos de cosas programadas que no has hecho.


Aparte de eso, en estos días ha habido poco más. Bueno, he salido a cenar para celebrar San Valentín con mi marido, algo que no sucede a menudo, porque a veces parece que se tuvieran que alinear los astros para vernos a solas y sin estar ocupados en mil cosas.


Por otro lado, en casa han sido unos días de mucho estudio, muchísimo. El mayor está en plenos exámenes y no nos dan las horas del día para lo que quiere hacer, el pequeño también tiene sus exámenes y trabajos ya este hay que dedicarle tiempo. Han sido días de madrugar, con uno y con otro, para repasar, para terminar cosillas... Me ha venido bien, porque he aprovechado para trabajar yo también, para corregir, poner notas, preparar clases...


El tiempo libre lo hemos dedicado mi madre y yo a las agujas. He estado haciendo una cosilla y ha quedado bastante bien, así que ya le haré fotos y os la enseño en breve. Hemos estado muy liadas, y ahora ya tengo alguna cosilla más en mente.


También he estado avanzando en mi propósito de febrero (os lo recuerdo: Sin químicos) y ya os contaré a final de mes cómo me ha ido y qué cosas me han funcionado y cuáles no. Sigo investigando, a pesar de que me resulta un tema complicado. Pero creo que si realizo pequeños avances en este sentido, y son sostenibles en el tiempo, me puedo dar por satisfecha. ¿No?

¿Qué tal vuestra semana?

viernes, 16 de febrero de 2018

Deseos lectores

Sí, ya sé que tengo tantísimo en mi poder que podría estar varios años leyendo, en papel y digital, sin necesidad de comprar nada más. Pero siempre tengo deseos lectores, y hoy toca una recopilación.

De este cómic vi hablar en este artículo y me pareció que tenía que leerlo.

Leñadoras.



En castellano ya se han publicado dos volúmenes de esta historia, creada y llevada a cabo por mujeres, y que me llama muchísimo la atención. Entre otras cosas, porque está creado por Noelle Stevenson, la autora de Nimona.

Tengo antojo por este libro del bueno de Jamie desde hace tiempo. Y además hace poco se lo han traído los Reyes a una amiga y he visto que está muy bien.


5 ingredientes de Jamie Oliver.

Más cosas. Un libro que veo últimamente por todas partes, que no sé de qué trata pero que por el título me apetece es este.


Eleanor Oliphant está perfectamente

Uno que sigue en mi lista de deseos desde hace mucho tiempo, desde antes que su autor, Alfonso Casas, lo publicara. Y si nadie lo remedia, voy a terminar por regalármelo yo, para el día del padre o algo.


El final de todos los agostos

Y por último, y no menos importante, uno de esos libros que siempre quieres leer pero que no encuentras el momento oportuno para hacerlo. No es una novedad, ni mucho menos, y cada vez tengo más ganas de leerlo.


Las cenizas de Ángela

Eso no es todo, por supuesto, pero voy a parar de momento, porque tengo tantos libros pendientes que no sé cuándo le haré un hueco a todos estos.

jueves, 15 de febrero de 2018

Ofensas

No soy una persona polémica, y no suelo tener comentarios negativos en el blog, ni mucho menos hirientes o insultantes. Alguno ha habido, pero ya son unos cuantos años por aquí y lo extraño sería lo contrario. No me refiero precisamente a este espacio, que es un poco mi casa y en la que entráis y comentáis personas a las que voy conociendo, a algunas personalmente y a otras de manera virtual, pero que sois siempre educadas y correctas, y que, por supuesto, podéis siempre mostrar vuestra opinión y vuestro desacuerdo a lo que digo, y lo hacéis sin indignación ni escándalo.


Me refiero a que en general, en las redes sociales especialmente, y en twitter en particular, últimamente muchas personas se sienten ofendidas a la primera de cambio. Hay gente a la que le ofende todo, hasta les ofende que no te ofendas. Y cada palabra tuya podrá ser utilizada en tu contra por alguien en algún momento.

A mí me resulta agotador. Quiero decir, que por supuesto que me molestan cosas que leo, sería insensible si no lo hicieran, pero no me ofendo, me enfado, muestro mi furia y bloqueo a todo aquel que dice algo que no apruebo.


Hace muchos años, creo, comentaba por aquí que la sinceridad está sobrevalorada. Y no quiero decir con esto que haya que estar de acuerdo con alguien simplemente para no discutir, pero creo que no hay que decir siempre todo lo que se piensa y que la convivencia se basa en respetar lo que otro piensa, a pesar de no estar de acuerdo. Y sí, creo que no todas las opiniones son respetables, creo que hay opiniones que hacen daño, incomodan y molestan, pero ante ellas mi posición suele ser el silencio, porque cuanto más te ofendes, cuantos más ofendidos hay por un tema, más aparece en las redes esa opinión que deberíamos aislar y obviar. La indiferencia también es una opción. Repito: no creo que sea necesario decir siempre lo que pensamos.


A este respecto, tengo una situación en clase que va aumentando desde principio de curso y que es difícil de parar. Y se ha basado en decir siempre lo que a uno se le pasa por la cabeza:

Hay un niño en mi clase bastante complicado. No sé cómo explicarlo. Está muy mimado y es extremadamente infantil. Sería gracioso e incluso simpático si tuviera unos seis años, ocho como mucho, pero tiene dieciséis, y no puede comportarse como lo hace, en plan: No te dejo un boli porque ayer me dijiste no sé qué. No quiero ir en tu equipo porque me caes mal.

Ante eso, un par de compañeros han optado por hacer algo parecido. Decirle que les cae mal, que no le aguantan y que no quieren nada con él. Lo cierto es que es difícil de aguantar, pero el resto, como haríamos la mayoría, ignoran sus pataletas que como mucho suscitan en ellos una mirada divertida a otro compañero, ojos entornados al cielo y ningún comentario delante de él.


Yo, por supuesto, hago caso omiso a las tonterías del chaval (aunque hablo con él a solas de vez en cuando) y también a las tonterías de los que son tan sinceros que no quieren callarse todo lo que piensan cada vez que sucede algo. Y sucede todos los días. Las situaciones se tensan y un día vamos a tener un estallido.

El otro día faltaba a clase y estuvieron hablando del tema mientras trabajaban.

- Yo no soy como vosotros, que sois unos falsos, a todos nos cae mal pero no se lo decís. Yo soy la única sincera, le digo lo que pienso, a ver si espabila.


Los demás podrían haber discutido eso, pero no saben y además saben evitar confrontaciones, algo que hacen mejor que muchos adultos. Así que tuve que intervenir:

- ¿Has conseguido algo siendo sincera?

- ¿Qué?

- Me refiero a si ha mejorado su actitud, a si ha mejorado el ambiente de la clase , a si las cosas han cambiado, no sé... algo...

- No, pero me he quedado muy a gusto.

(la conversación siguió, por supuesto, aunque es muy complicado convencer a alguien de algo en estos tiempos)


Y ahí lo dejo, creo que el tema es ese, digo lo que pienso, aunque ofenda a otro, porque yo me he sentido ofendido con lo que he visto, leído u oído, y me quedo más a gusto que un arbusto. Y así nos va.


miércoles, 14 de febrero de 2018

Estar solo

El otro día os contaba que una de mis alumnas se cortó con una cuchilla el otro día en clase. Después de darle al asunto mil vueltas, de hablar con ella, con la abuela, novio, madre de novio y demás, después de negarlo y luego reconocerlo (era difícil negar las heridas), terminó reconociéndole a su abuela que su problema es que está sola.


El jueves pasado, llego del recreo, de tomar un café con mis compañeros y relajarme y me encuentro con dos de mis alumnos sentados en clase, cssa uno en su asiento, sin hacer nada, sin mirarse ni conversar, solo procurando que el tiempo pase rápido y que termine den una vez el dichoso recreo. Porque estan solos.



Tengo un alumno que cada día en el recreo va a la cafetería del instituto, no a comprar un bocadillo y correr al recreo, como el resto, sino que se sienta, se pide su coca-cola, su pincho de tortilla, y luego algo dulce, y pasa el recreo masticando. Él dice que tiene hambre, y que es como mejor pasa los recreos. La semana pasado cerraron la cafetería dos días por unos problemas que hubo. A punto estuve de llorar cuando le vi como un alma en pena, vagando con los pasillos, con lágrimas en los ojos y sin nada que hacer ni con quien hacerlo. La cafetería es su refugio y se lo habíamos quitado.

Otros niños tienen ese refugio en la biblioteca: corren con sus libros o sus cuadernos a repasar, o a hacer deberes, pero en realidad temen enfrentarse al patio en soledad.


Estar solo es terrible si no es voluntario. Y estar solo con catorce, quince años, tiene que ser algo espantoso.

Pero lo malo es que siempre va a haber esos casos. Y ¿qué podemos hacer al respecto? Me resulta doloroso ver que la gente no se integra, con nadie, ni siquiera con otra gente que tampoco se integra, un poco como refugio para no estar tan solos. La falta de habilidades sociales siempre ha sido un problema. No es que ahora haya más, no es que ahora haya más de nada, es que, afortunadamente somos más conscientes de lo que hay e intentamos buscar soluciones. Me temo que no consigo encontrarlas. En este caso no veo el camino.

martes, 13 de febrero de 2018

Día de la radio

Hoy es el día de la radio. Lo vi ayer en varias publicaciones y hoy también me he despertado con la noticia.


No soy una persona muy aficionada a escuchar la radio, o al menos considero que puedo vivir sin radio. Y lo digo comparada con mi marido, que siempre está con la radio puesta, desde la mañana a la noche. A mí me gusta mucho el silencio, y por eso no suelo tener nada de fondo, ni radio ni televisión.

Peeeeero, y aquí viene lo importante, echo mucho de menos nuestros programas de radio de años anteriores. Para los que no lo sepáis, en mi anterior destino hacíamos un programa de radio semanal recomendando libros: Estírate. Coge un libro.


Ir a la radio a grabar me encantaba, a pesar de la vergüenza. Y también me gustaba llevar a mis alumnos, verles allí, preparar los programas,... todo lo que rodeaba a la radio.

Y lo echo mucho de menos. Además, en mi destino actual no hay una radio local como había allí, y mis alumnos no son los más indicados para hacer un programa. Me he planteado incluso la idea de hacer podcast relacionados con temas, como proyecto para este año. Pero no lo he visto lo suficientemente claro. Porque, además, supone alguna pequeña inversión para que el sonido no sea una chapuza y no sé si le sacaríamos partido.


En fin, esas son mis penas hoy, día en que aquí en Castilla y León no hay clase, que nos hemos despertado bajo la nieve, que tengo intención de pasarme el día preparando clases y corrigiendo trabajos...

Y mientras, voy a ponerme alguno de nuestros programas antiguos de radio, para celebrar este día.

lunes, 12 de febrero de 2018

Otras dos películas

Sigo intentando ver esas películas que más me llaman la atención de las que se están estrenando estos días, que son muchas. Esta vez os traigo dos películas más, además estas dos de momento son mis favoritas para los Óscars. Dos historias muy diferentes pero muy emotivas ambas.


Título: Tres anuncios en las afueras
Director: Martin McDonagh

Todos los actores están formidables, pero especialmente tres: Frances McDormand, que es una de mis actrices favoritas desde que la vi por primera vez, creo, en Fargo; Woody Harrelson, que ya ha dejado de ser para todos el camarero paleto de Cheers para ser uno de los mejores actores de Hollywood. En este caso me gusta mucho su personaje; y me gusta mucho, muchísimo, el personaje que borda Sam Rockwell. Una evolución que te deja los pelos de punta. La recomiendo muchísimo.



Desde luego me ha gustado y le he visto emocionada hasta la médula. Me parece que se merece muchos premios, pero no es mi favorita. Mi favorita es esta:


Título: Call me by your name
Director: Luca Guadagnino

Por si alguien todavía no ha tenido el enorme placer de verla, aquí tenéis unas imágenes y su maravillosa música.



Son tantas las cosas que se pueden decir de esta película que no sé por dónde empezar. Los personajes son todos maravillosos. No se le puede poner pegas a ninguno. La ambientación y la fotografía es fantástica, la historia es perfecta, porque te va metiendo en ella poco a poco, y cuando te das cuenta ya forma parte de ti. El despertar del amor, la amistad, la familia, la educación... se puede hablar de tantos temas a raíz de esta historia...

Me quedo con la maravillosa historia de amor y con esos padres, una madre que, sin apenas decir nada, es toda comprensión y amor, y un padre que tiene una escena en la que dice tanto, y todo tan cierto... Un verdadero canto a la vida, a vivirla intensamente.

domingo, 11 de febrero de 2018

Mi semana 6/52

Esta semana termina con un fin de semana laaaaaargo. Así que no me voy a quejar.

Diré que, como en todos los institutos, estos días en el nuestro han estado marcados por los preparativos para San Valentín, con la venta de flores entre los alumnos por parte de los mayores, para sacar dinero para el viaje de estudios. Cada flor simboliza una cosa dependiendo del color, y este año no se les ocurrió otra cosa que poner un cactus para regalar con la leyenda de "no me caes bien". Esto, por supuesto, ha levantado revuelo, porque puede parecer una tontería, pero en la adolescencia recibir algo así, uno o varios, puede ser un verdadero drama. Finalmente los cactus han quedado prohibidos (cada vez regulamos más las cosas, lo sé, pero no sé qué se puede hacer al respecto) y veremos cómo salen las cosas el miércoles.


Por otra parte, ayer pasé el día en Valladolid visitando a un amigo al que hacía meses que no veía y fue un día estupendo. Hizo un día soleado y frío, que nos permitió pasear por la ciudad y ponernos al día de miles de cosas.

También hemos tenido una audición del peque, que le salió genial, porque cada día mejora un montón. Y llevamos a mi madre, algo que era impensable hace un par de semanas, así que la cosa con su pie va muy bien.


Ha hecho muchísimo frío, muchísimo. Pero nada que no sepáis porque ha sido algo muy general. Pensaba haber salido estos días a caminar algo, pero no lo he hecho de puro frío. Incluso un día me preparé bien abrigada y llegué a la esquina de mi calle antes de darme la vuelta. Cuando llegué a casa miré el termómetro. Seis de la tarde y tres grados bajo cero. Sensación térmica, menos siete.

También he tenido reuniones, dos, y nada que ver con el trabajo. Una para el viaje que organiza el departamento de clásicas en el instituto de mi hijo. Se van a Italia en unos días. Y otra para el viaje de este verano. He pensado que si sigo soltando dinero a este ritmo voy a tener que buscarme otro trabajo.  Se aceptan sugerencias.


Os diré que esta semana he visto un par de películas, de las que os hablaré en los próximos días, y que me han gustado mucho.

Y también, como os conté, estoy con la tercera parte de Versos, canciones y trocitos de carne.


En casa mis chicos están con:

El mayor, para clase de Filosofía.


El pequeño para leerlo antes de ver la peli.


El padre, una relectura.


En cuanto a la banda sonora de nuestra semana, ha sido muy clásica. Hemos estado en bucle con preparativos para la audición de mi peque y no hemos hecho nada más.