miércoles, 30 de noviembre de 2016

¿Ya?

No sé que ha pasado con mi tiempo, no sé cómo puede ser que mañana empiece diciembre. No entiendo, para nada, que queden tan pocos días de clase de este trimestre antes de las vacaciones.

Yo pensaba que estaba más o menos diciendo hola a noviembre...

Y no penséis que estoy deseando que lleguen las vacaciones, a pesar de que el primer trimestre siempre es duro y este lo ha sido más aún. No quiero que pase el tiempo tan deprisa. Necesito un poco más de este mes, de este año...

Es que no me ha dado tiempo a nada. Estaba descuidada en mitad del trimestre, y no veo más que luces de Navidad por todas partes...



Esta mañana organizaba lo que iba a trabajar en este mes y me he dado cuenta de que me quedan muy pocos días de clase. Muy muy pocos. Y que ya estamos apurando el final del trimestre, así, como quien no quiere la cosa.

Tengo que reconocer que aún no he conseguido que mis alumnos tengan el ritmo de trabajo que me gustaría. No lo he conseguido porque se me están resistiendo bastante.



El grupo de segundo sí, ha empezado a trabajar a buen ritmo y hemos hecho más o menos lo que se pretendía para este trimestre.

Los dos grupos de PMAR no, esos dos grupos están formados por chicos que no tienen hábito de trabajo de ningún tipo, ni en clase ni fuera de ella. Así que está costando la vida misma que me trabajen lo que me gustaría, o la mitad de lo que me gustaría al menos. Tengo que llevarles siempre a remolque, terminar amenazándoles si no cumplen con lo que se les pide, y es un rollo estar así.



En los próximos días nos vamos a dedicar a terminar algunos proyectos a medias, a trabajar cositas que veo que no han quedado claras y a acabar un par de unidades que tenemos a medias.

Lo único positivo, si es que lo hay, que a veces me cuesta verlo, es que no tenemos agobio de exámenes en los últimos días del trimestre. Tengo ya suficientes notas para evaluarles ya a todos, y eso está muy bien a estas alturas, y prefiero que ahora se dediquen a estudiar otras asignaturas mientras en lo mío nos dedicamos a trabajos más prácticos y a exposiciones orales.



Bueno, pues eso, que se me ha ido el trimestre volando y no sé qué he hecho con mi tiempo. Así que le pido al mes de diciembre que vaya despacito, que no se dé prisa por terminar, que me deje disfrutar un poco de las semanas que quedan del 2016.

martes, 29 de noviembre de 2016

Amigas no virtuales

La palabra virtual siempre me ha sonado extraña, Es un como que sí, pero no. Si lo buscas en el diccionario, encuentras lo siguiente:

VIRTUAL: que solamente existe de forma aparente y no es real.

Cuando le conté a un par de amigas dónde iba el fin de semana, me resultaba difícil de explicar. Me voy a Madrid porque he quedado con unas amigas, a las que no conozco personalmente aún, pero a las que conozco, y mucho, desde hace años.

Las caras que pusieron me hicieron desistir de explicarlo en ningún sitio más. Así que para mi familia y demás opté por lo más breve: una reunión de amigas en Madrid.

Fuimos todas con la idea de pasarlo muy bien, pero sin estar absolutamente seguras de cómo iban a ir las cosas, porque somos todas muy diferentes, cada una veníamos de un lugar distinto y con unas circunstancias que para nada se parecen. Pero había indicios de que todo iba a ir bien.

El primero de esos indicios es lo divertidos que han sido los preparativos de los últimos meses, encontrarte a cada momento el móvil petado de mensajes, las risas infinitas a cada paso, la complicidad...

En segundo lugar, siempre pensamos que nos íbamos a entender muy bien, que desde luego que sí íbamos a tener temas de los que hablar, que iba a ser divertido, pero todo eso se ha quedado muy corto con lo que ha sido el fin de semana.

Nos hospedamos en un apartamento, y tuvimos un problemilla de última hora con la reserva, pero todo se solventó satisfactoriamente y el viernes por la tarde estábamos todas en Madrid, dispuestas a pasarlo bien.



Puede sonar exagerado o tópico, pero lo cierto es que no hubo ni un solo segundo, ni siquiera al saludarnos, en que nos hayamos sentido incómodas o acobardadas.

Habíamos pensado en miles de planes para hacer pero no ha hecho falta ninguno, porque nos ha bastado y sobrado con estar juntas, donde fuera, hablando sin parar y riéndonos aún más.

En tres días escasos nos hemos contado tanto, hemos hablado tanto, hemos compartido tanto, que ha sido una experiencia maravillosa a la vez que muy divertida. Hacía tiempo que no me reía tan a gusto.



No se puede expresar con palabras lo que se siente al tener amigas, amigas de verdad, para nada virtuales, que ya sospechabas que lo eran pero que ahora tienes la absoluta seguridad de ello.

Y además unas amigas como estas, lo mejor de cada casa, tremendamente divertidas, buena gente, simpáticas, con las que todo parece más sencillo y en las que sé que puedo confiar.




Me siento tremendamente afortunada por tenerlas.

(Y me he reído mucho escogiendo las fotos)

lunes, 28 de noviembre de 2016

Jane, el zorro y yo

Hace ya unos días que no os hablo de un libro, y es que no estoy leyendo mucho últimamente, pero este libro lo vi en un blog (y ahora mismo no recuerdo en cuál, lo siento) y supe al instante que tenía que leerlo. Fue un flechazo.



Título: Jane, el zorro y yo.
Autora: Fanny Britt.
Ilustradora: Isabelle Arsenault.
Editorial: Salamandra.

Se trata de una novela gráfica, no de un libro infantil. La protagonista de la historia vive un verdadero infierno en su día a día en el colegio, lo que hace que su autoestima sea muy baja. Su único consuelo entonces es la lectura de Jane Eyre, con una protagonista tan desgraciada como ella.

Me ha emocionado hasta las lágrimas la historia de Hélenè, esta pequeña de doce años que vive lo que muchos otros cada día en las aulas, un tema de actualidad ahora y que ha existido siempre, el acoso.

Os lo recomiendo muchísimo.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Quedada literaria

Ya sabéis que la cultura guía mi vida y que todo lo que sea formar la mente es importante para mí, por lo que, cuando me ofrecieron una quedada para hablar de literatura no me lo pensé dos veces. Y ayer mismo os hablaba de los dos clubs de lectura a los que tengo el honor de pertenecer.



Ha resultado muy difícil combinar nuestras agendas, pero, después de meses de ardua tarea, por fin lo hemos conseguido, y este fin de semana nos reunimos en Madrid un selecto grupo de personas para comentar asuntos relacionados con la literatura, debatir, aprender, y pasar un grato agradable dedicado a fortalecer nuestra cultura.



Pues eso, que hemos quedado en Madrid un grupo de chicas para salir, comer, ir de compras y reírnos, sobre todo reírnos que falta nos hace. Más aún cuando en el último momento llamé para ver si la reserva estaba bien y me dijeron que no existía.

Pero solo con lo que nos hemos reído preparándolo habrá merecido la pena.



Os lo cuento a la vuelta.


viernes, 25 de noviembre de 2016

Club de lectura

Creo que ya os lo he contado. Pertenezco a dos clubs de lectura; dos clubs de lectura de lo más selecto, por supuesto.



Uno de ellos va ya por la tercera edición, es decir, en el último año y pico hemos leído tres libros en común. No son muchos pero es que lleva mucho tiempo ir enviándonos el libro y leerlo de una en una, cada una con sus circunstancias y momentos.



Os he hablado de ello en alguna ocasión, por ejemplo aquí y aquí, por si queréis echar un vistazo.



El caso es que el primer club iba bien y me apunté a otro, en el que solo llevamos un libro leído, y ha sido todo un triunfo, porque es muy complicado ponerse de acuerdo en fechas y en tiempos. Pero lo hemos logrado y ya vamos a empezar la segunda edición.



Está siendo tan divertido que no me importaría que formáramos un tercero, si alguno de vosotros se anima. Así que tenéis mi correo por ahí si os apetece y podemos formar un grupito.


jueves, 24 de noviembre de 2016

Un millón

Ya sé que a algunos les parecerá nada, pero tengo un millón de visitas en mi blog, y me parecen un montón.



¡Un millón!

También en estos día tengo otra cifra redonda, la de las 1500 entradas publicadas, que también me parecen una pasada.



Y es que empecé el blog un poco de forma inconsciente, porque ya era desde hacía años lectora de blogs y me gustaba la idea, pero pensando que iba a durar poco, que me cansaría pronto como de tantos proyectos dejados a medias.

Pero no, me gusta seguir por aquí y está claro que no es solo por la posibilidad de contar mis cosas, de soltar aquello que se me pasa por la cabeza, de compartir mis problemas, mis inquietudes... La razón principal sois las personas que venís por aquí, los que comentáis, los que he conocido, virtualmente o personalmente, gracias a este blog.



Así que quiero dar las gracias a todos los que me leéis.

Y para eso nada mejor que un sorteo.

Sí, habéis leído bien: un sorteo.

Ya sabéis como soy, os exigiré un montón de requisitos, de tuiteos, de seguimientos,... todos complicados de cumplir.

Simplemente decidme que queréis participar. Tan fácil como eso. Y me encantaría también que me dijerais algo de vosotros mismos, algo que quizá no sepa, que me haga conoceros un poco mejor. Peor eso es totalmente voluntario, solo si os apetece.



¿Qué voy a sortear? Un regalito sorpresa de Navidad. No desvelaré nada de su contenido ni aunque me sometáis a las más crueles torturas, más que nada porque aún no sé qué voy a incluir en él.

Tenéis una semana de plazo, más o menos, hasta el día 30 de noviembre, para participar.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Mi niño

En esta profesión vemos a las personas, a los alumnos, durante una etapa de su vida, una etapa además cambiante, y a veces difícil para muchos. Puede que pasemos con ellos, día a día, un año de nuestras vidas, y luego no volvamos a saber nada más.



O puede que tengamos más suerte, y veamos cómo evolucionan a lo largo de tres o cuatro años, o de toda la etapa de secundaria, y seamos capaces incluso de vislumbrar si alguna de esas semillas que intentamos plantar se ha secado o parece brotar por alguna parte.



Llegué hace ya cinco cursos a mi instituto anterior, y mi primera tutoría fue complicada. Pero he tenido la suerte de ver cómo han ido evolucionando la mayoría de ellos: los que no terminaron cuarto de la ESO, que fueron muy pocos; los que siguieron adelante sin problemas; los que repitieron y luego les fue bien o repitieron y luego les siguió yendo mal; aquella alumna pakistaní a la que sus padres le enviaron a casarse a pesar de ser una de las mejores estudiantes de aquella clase, porque ya sabía lo suficiente; aquel que luego se metió en problemas... Y mi niño.



De él os he hablado varias veces, la última aquí.

Después de pasar a segundo de bachillerato, el año pasado hizo un poco el tonto a principio de curso, dejó de ir a clase, estuvo pensando en dejarlo, en ponerse a trabajar... Y al final ha tenido que repetir segundo. Este año, antes de marcharme, pasó a despedirme y me prometió que lo iba a sacar sin problemas. Enseguida me asomé a la sala y pedí testigos, que se comprometiera de verdad delante de profesores que le iban a dar clase este curso.



Ayer me llamaron para decirme que estaba trabajando mucho, que todos sus profesores estaban muy contentos con él, que hasta la profesora de inglés, asignatura que siempre ha odiado, está feliz con su trabajo. Y que él había pedido que me lo dijeran, porque siempre que me manda un mensaje o yo a él y le digo que estudie, no le hago mucho caso cuando me dice que le está yendo bien.

Por otra parte, ayer muchos de mis exalumnos me estuvieron mandando mensajes todo el día porque, gracias a su participación en la Jornada de lectura en voz alta a la que fuimos el curso pasado, les invitaron al Festival iberoamericano de literatura infantil y juvenil, y allí pasaron el día de ayer.



Así que anoche me fui a la cama con una sensación de bienestar que no he tenido últimamente con mis nuevos alumnos. Ya sé lo que me vais a decir, que tengo que darles tiempo, que necesitamos acostumbrarnos unos a los otros, y que el cariño no es cosa de un día. Y es verdad, pero... bueno, ya sabéis, echo mucho de menos a mis alumnos.

martes, 22 de noviembre de 2016

La familia

A veces, en cuestiones de familia, me siento como dirigiendo un circo de tres pistas en el que nunca sabes qué va a salir mal pero temes todo el tiempo el desastre inminente. Y es este fin de semana venía mi hermano, y nos juntábamos todos, pero en nuestro caso tenemos que juntarnos dos veces, con mi madre y con mi padre, y pensar en los ratos que pasamos con cada uno, y compensar de alguna manera... en fin.

El viernes por la tarde nos fuimos al pueblo, como os conté, porque teníamos una reunión familiar. Teníamos mucho que preparar porque nos juntábamos un montón de gente en casa de mi padre. Además, mi hermano venía con su (nueva) novia a presentárnosla y a pasar con nosotros el fin de semana. Y hacía casi un año que no nos veíamos.



El sábado fue un día genial, que pasamos todos juntos con los primos, y con sus hijos; un día de muchos recuerdos y muchas añoranzas, porque los dos hermanos de mi padre ya no están, y todos hemos estado siempre muy unidos, así que tenemos muchos recuerdos y anécdotas juntos. Hemos reído y nos hemos emocionado recordando nuestra infancia y también viendo a nuestros hijos jugar por allí como lo hicimos nosotros tantas veces.



El sábado la comida dio lugar a la cena, y pasamos todo el día con mi padre, así que el domingo tocaba comer con mi madre, y allí nos fuimos los tres hermanos, todos menos mi peque que no puede perder todo un fin de semana así como así y tuvo ya que venir a casa con su padre y ponerse a estudiar.



Así que ayer lunes, a las ocho y media de la mañana, le sonó la alarma al vecino y estábamos todos en la cama. Yo la puse, a las siete menos cuarto, como siempre, pero no la encendí. Mi hijo no oyó la suya, no pude levantar un poco pronto al peque que quería repasar, y todos llegamos tarde a clase. Yo nada menos que una hora tarde y sin duchar ni lavar el pelo, a pesar de la falta que me hacía.



El día ayer empezó torcido, pero no fue mal, y por la tarde pudimos descansar, empezar a planificar la semana y demás.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Reunión familiar

Este fin de semana tenemos una reunión familiar.



Todos los primos hemos quedado para pasar el día juntos en el pueblo, en casa de mi padre. Nos reuniremos alrededor de cuarenta personas, entre primos, tíos, hijos y parejas de primos...

Tengo muchas ganas de verlos a todos, ya que antes, de pequeños, nos veíamos muy a menudo, cumpleaños, fiestas, y nos juntábamos por cualquier cosa, y pasamos muchos veranos de vacaciones juntos, pero ahora nos vemos muy poco.



Además, cada uno está inmerso en su vida, en su familia y sus hijos, y no sabemos ya mucho unos de otros, lo cual es una verdadera pena.

Tenemos que buscar ocasiones como esta para intentar estar juntos y ponernos al día.

Además, viene mi hermano mayor de Canarias, al que no vemos desde las Navidades pasadas, y tenemos todos muchas ganas de verle.



Por eso llevo ya un par de días nerviosa, inquieta, que si se junta con mis nervios de comienzo de curso, que ahora estaban empezando (y solo empezando) a remitir, estoy como una moto.


jueves, 17 de noviembre de 2016

Tag de las Gilmore

He intentado no dar la lata por aquí demasiado pero estoy monotemática, porque estoy terminando la última temporada de las Chicas Gilmore y mis ratos libres los paso con ellas en Stars Hollow.

Así que voy a hacer este tag que he visto por ahí en muchos sitios pero por primera vez en el blog de Gema.



1. ¿Cuándo viste la serie por primera vez y cuántas veces la has visto?

La vi por primera vez cuando le echaban en la 2, creo que a horarios diferentes cada día, un poco como serie comodín cuando no tenían otra cosa que poner. Seguí alguna temporada y después, supongo que por horarios o circunstancias, dejé de verla. Luego he visto capítulos sueltos alguna vez.

Ver la serie entera solo lo he hecho una vez, o casi, porque estoy terminando los últimos capítulos de la última temporada en estos días. Me ha encantado verla así seguida, casi cada día unos pocos capítulos, en el último mes y algo.

2. ¿Cuál es tu personaje favorito?

Sin lugar a dudas, Rory. Es una chica tan sensata, y dulce, y tierna, y buena... no sé, supongo que siempre me ha gustado su estabilidad emocional.

3. ¿Y el más odiado? 

Odiado, odiado, yo creo que ninguno, porque todos me resultan muy tiernos. Quizá el que menos me guste sea Cristopher, pero eso es porque soy de Luke, claro.

4. ¿Dean, Jess o Logan?

Jess, siempre Jess. Me parece el gran amor de Rory y un personaje muy real. Y el que menos me gusta de los tres es Dean. Uff, es un soso.

5. ¿Algún capítulo o momento favorito?

Como a mucha gente, me encantó el capítulo del concurso de baile y muchos en los que todo el pueblo prepara una fiesta, un carnaval... También el de la boda de Lane.

6. ¿Lugar favorito de la serie?

Por supuesto, el café de Luke, pero creo que han creado lugares muy especiales. La cocina de Sookie también es preciosa, y la casa de las Gilmore...


Bueno, eso es todo por hoy. Si alguno se anima a hacerlo por aquí... me encantaría saber qué pensáis.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Exámenes

Mis hijos y mis alumnos están inmersos ahora mismo en los exámenes de mitad de trimestre. Y se trata de algo cíclico en lo que no dejo de pensar y cada vez estoy más convencida de que por ahí no van bien las cosas.



El pequeño de mis hijos está en sexto de primaria. En su colegio tienen exámenes cada tema o cada dos temas. Estudian para soltarlo ahí y no acordarse nunca más de ello. No hacen nada práctico, nada, y todo se basa en la nota que saquen en el examen. Da igual que las profesoras insistan en que vale mucho el trabajo de clase, y la actitud. Al final, lo tengo comprobado, lo único que de verdad importa son los dos o tres exámenes que han hecho en el trimestre y en su boletín aparece la nota media de esos exámenes.

En secundaria la cosa mejora pero muy ligeramente. Si hacen trabajos, proyectos, presentaciones orales... se las califican y eso influye en la nota. Depende del profesor, a veces es un tanto por ciento muy bajo, pero otras veces es lo mismo que cualquier examen al uso.



Creo que sí hay que hacer exámenes, porque hay partes de la materia que tienen que estudiar para saberlas, que no se aprenden así, sin más, pero creo que abusamos del examen, como profesores, porque es una prueba bastante objetiva, por escrito, en la que nos sentimos seguros. Es lo que hemos hecho siempre, los alumnos ven lo que han hecho bien o mal, es medible fácilmente.

Pero hay muchas cosas, muchas habilidades y conocimientos que no necesitan de un examen para saber si los alumnos saben, han aprendido o no.



Llevo años queriendo olvidarme de los exámenes, pero el sistema, la rutina y un montón de cosas no me dejaban. Ahora, al cambiar de centro, ser la única profesora que imparte la asignatura y unas cuantas razones más, puedo por fin dejar a un lado la idea del examen como prueba única o más importante.



Con mis alumnos de segundo de la ESO de lengua hemos hecho dos controles y otras dos pruebas escritas, dos exámenes muy cortos, en los que entraban ejercicios como los que habíamos hecho en clase y nada de teoría, una prueba también por escrito pero de creación literaria y otra que estamos haciendo estos días de crear imágenes a partir de un texto. Tengo solo quince, pero tal y como van las cosas, la variedad de pruebas va a hacer que aprueben todos, o todos menos uno.

Con mis alumnos de PMAR, con los que paso la mayor parte del tiempo, estamos variando actividades y todas ellas "cuentan":  han hecho un par de pruebas escritas de la parte de lengua, otra con los apuntes de medir versos, dos trabajos que consistían en resumir sus apuntes y organizarlos en un documento word, otros dos trabajos de investigación, una exposición oral por equipos, un power point también por equipos, un mural, una prueba de creación literaria, y lo que nos queda. Sin agobios de épocas de exámenes, sin jugárselo todo a una o dos cartas, sin estudiar pero trabajando mucho.


Hace un par de días un alumno me decía:

- Tú nos has engañado. Pensábamos que como hacemos pocos exámenes y cuenta el trabajo de clase íbamos a tener que trabajar menos, y estoy trabajando más que nunca.


Y sí, no le contesté, pero de eso se trata.

martes, 15 de noviembre de 2016

La música y el músico. Estado de la cuestión

Ya os conté que este año mi peque empezaba en el Conservatorio, algo que él había elegido y que, a pesar de parecerme duro, y más aún para él, no pude evitar porque era su ilusión.



Pues bien, ya llevamos más de un mes de clase, ya hemos cogido la rutina y hoy precisamente tiene su primera audición.

Los horarios que le han puesto no han sido malos. Quizá son los mejores horarios que podía tener. Va dos días a la semana dos horas y un día una hora, total cinco. Y además le tocó su profe preferida del mundo, una profesora joven, con la que lleva ya tres años asistiendo a un curso de verano y con la que se entiende muy bien.

Además de esas cinco horas (dos de teoría, una de instrumento individual, otra de instrumento colectiva y una de coro) va otra hora con su profesor de siempre, porque no hemos querido dejarle y le viene muy bien.



Si a eso sumamos los ratos que practica en casa, son un montón de horas dedicadas a la música que le impiden dedicar más tiempo a los estudios. Y en otros tiempos eso me habría preocupado, pero ahora no, porque he aprendido que las prioridades no implican necesariamente que el colegio y las notas vayan por delante de todo lo demás.

Él lo lleva bien, y de momento nos organizamos bastante bien para llevarle y traerle. Lo peor son los deberes y las prácticas en casa, porque se le olvida muchas veces que la música también requiere esa disciplina tan difícil para un niño.



Y, como os he dicho, hoy vamos a verle por primera vez en una actuación, y estamos deseando ver cómo se desenvuelve.


lunes, 14 de noviembre de 2016

Déjame entrar (libro y película)

Este fin de semana, por fin, he terminado este libro, que lleva rondando por ahí más de un mes, y que no había manera de acabar, tal vez porque estoy en una etapa muy poco lectora, o tal vez porque mis elecciones últimamente no son muy acertadas.



Título: Déjame entrar.
Autor: John Aljvide Lindqvist.
Editorial: Espasa.

Un libro de vampiros, género al que no soy muy aficionada. Y que pintaba bien, así de momento, pero que se me ha hecho muy largo. Un niño con muchísimos problemas en el colegio y en casa vive una existencia solitaria hasta que una nueva vecina de su edad llega a la urbanización en la que vive. Pronto establecen una extraña amistad a la vez que una serie de acontecimientos extraños suceden por los alrededores.

Al terminarlo me propuse, ayer por la tarde, ver la película, que además está protagonizada por Chloe Moretz.


Título: Déjame entrar.
Director: Matt Reeves.

Y si el libro me ha costado, la película es una auténtica tontería. Porque el libro es violento, y cruel, mucho, y la película ha eliminado toda esa crueldad e imágenes violentas y se ha quedado en algo falto de sentido. Vale, ya sé que suena raro, pero a la película le falta la violencia del libro, y por eso se ha quedado en nada.

Además, cambia la nieve y los paisajes nórdicos por El Álamo, y para mí se pierde parte de la esencia.

Hay una versión anterior de este libro, una película sueca, que tal vez hubiera sido mejor opción, pero que ahora ya no pienso ver.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Otro domingo tranquilo

Llevamos unas tres semanas en las que el domingo lo dedicamos a lo que más nos gusta: quedarnos en casa todo el día.

Hoy es un día de no quitarse el pijama.



De desayunos largos.




De mantita y sofá.




De baño de espuma.



De enredarnos toda la tarde sin importarnos nada.

Ahora sí, me voy a poner a recoger cuatro cosillas, especialmente ropa, que se me va acumulando y el fin de semana no hago más que poner lavadoras. Y en un rato me pienso sentar en el sofá y no sé si me levantaré hasta la noche.


viernes, 11 de noviembre de 2016

Palabras de sirena

Ayer se hizo la presentación oficial de este libro en Madrid. Pero hacía ya unos días que me lo había comprado y que había disfrutado de su lectura.



Título: Palabras de sirena.
Autora: Mia Cassany.
Ilustradora: Esther Gili.
Editorial: Mosquito.


Soy ferviente admiradora de Esther y de todo lo que hace, porque es una gran artista, que sabe dar vida a sus personajes a través de sus pinceles. Solo os puedo decir que es un libro precioso, y que pienso regalarlo estas Navidades.

Se trata de una historia dirigida sobre todo al público infantil que mi peque ya ha devorado, aunque le ha sabido a poco, porque él es también fan de nuestra ilustradora favorita y en estos días está leyendo el Harry Potter ilustrado por Jim Kay y, claro, el de Esther lo ha leído en unos minutos.

Lo recomiendo para niños de todas las edades, y para mayores también, porque es un libro tan bonito que podría entrar en cualquier wish-list de estas próximas fiestas.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Cursos de formación

Una de las cosas que debe hacer un profesor durante toda su vida es formarse. Así que desde siempre se han ofertado muchos cursos para la formación del profesorado, en universidades, sindicatos, empresas privadas, y también desde la propia administración o desde los centros de trabajo.




Hace ya bastantes años que no hago ningún curso que no piense que va a ser muy interesante o que me vaya a servir para mis clases. Y la mejor opción me parece la formación en el propio centro.

He asistido a muchos cursos en los que no dejaba de preguntarme una y otra vez cómo nos aguantan los alumnos durante toda la mañana sin morir de aburrimiento, porque los profesores, acostumbrados como se supone que estamos al aula, no podíamos parar, ni dejar de mirar el móvil, ni dejar de hablar con los compañeros, o interrumpir, o salir y entrar... Y es algo que da mucho que pensar.




En este momento estoy inmersa en dos cursos pequeñitos, de pocas horas, uno en mi instituto, del que os voy a hablar hoy, y otro que empiezo ya, la próxima semana, y que tiene el atractivo título, al menos para mí, de "La radio en la escuela".

El curso que estoy haciendo en el instituto es un curso de convivencia para formar mediadores. Los mediadores son alumnos, padres o profesores que actúan de eso, de mediadores, de árbitros, en conflictos que se produzcan en los centros educativos. Porque muchas veces nos limitamos a castigar conductas que están en contra de las normas pero con eso no solucionamos los problemas. Los mediadores funcionan en muchos centros desde hace años. Pero en nuestro centro empezaron con la mediación el curso pasado, formando a profesores, y este año se trata de seguir trabajando y formando.




Es la primera vez que asisto a un curso con alumnos, y está siendo una experiencia muy buena. Y muy divertida. Lo que nos pudimos reír ayer no tiene precio. Y el miércoles anterior hicimos un debate a partir de la película La clase en el que todos nos dimos cuenta de la enorme diferencia de puntos de vista entre los profesores y los alumnos.




Y el último fin de semana del mes está prevista una acampada con los alumnos, un fin de semana de convivencia que promete ser muy interesante, pero al que no podré asistir porque tengo planes muuuuuucho mejores. Aunque esos ya os los contaré.