martes, 5 de marzo de 2013

Otra vez Roberto

No pensaríais que me había olvidado de Roberto.

Ni en sueños.

Si alguien no sabe quién es Roberto, que ponga su nombre en el buscador de ahí al lado, y verá la cantidad de líneas y de lágrimas derramadas por él.

Este niño no se me quita del pensamiento, a pesar de estar lejos, de no verle a diario y de no tratar con él a menudo.

Pero le he seguido la pista.

Este curso me habían contado que estaba liándola una y otra vez en el insti. Perdido. Totalmente perdido.





Y el viernes, con todo el peso del mundo sobre las espaldas, con el dolor por compañero, decidí acercarme a mi antiguo instituto antes de ir a trabajar.

También iba a ver a los compañeros, pero eso era lo de menos. Los chavales, y especialmente uno, Roberto, eran mi principal objetivo.

Entré rauda y veloz a preguntar al conserje por el grupo en el que él estaba.

- Están en clase con la orientadora.

- Voy a molestarles un minuto.

Llamo a la puerta y entro. No está. Paso allí un rato porque los demás también son chavales muy perdidos, muy abandonados, muy necesitados, y a todos les tengo cariño. Les pregunto por él:

- Le han echado.

- No, dice la psicóloga del centro. Se ha ido a otro instituto.

- No, no se ha ido, le habéis echado, dice uno de ellos, y se ha tenido que ir a otro instituto.

Buen uso del lenguaje, pienso, algo habéis aprendido en estos años conmigo.

Dolor sobre dolor. Habíamos decidido el curso pasado, por encima de todo, que no podíamos apartar a Roberto de su instituto, que era el único punto de referencia que le quedaba, ahora que no tenía casa, ni familia, ni nada...





Entonces, ¿qué ha pasado? Muy fácil, que no estaba yo para defenderlo.

Y me siento culpable, mucho.

Y voy a trabajar con un sabor agridulce. Amargo por Roberto, y dulce por los chavales que se han acercado a saludarme, a abrazarme y a besarme, a decirme que me echan de menos, dulce por mis chavales que ya terminan este año el bachillerato, por lo mayores que los veo y porque me digan que algo tengo que ver en ello.

¿Y ahora qué puedo hacer por este chico?

21 comentarios:

  1. Piensa que quizá en su nuevo instituto encuentre otro apoyo... a veces no hay mal que por bien no venga. Lo que si es seguro es que todo el cariño que le has dado no va a caer en saco roto, ha aprendido lo que es que te quieran y antes o después lo pondrá en práctica. Se lo que me digo, yo viví una situación parecida.
    Un beso, Susana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En eso tienes razón, Susana, seguramente vayan a entenderlo mejor allí, porque en el que estaba, desde luego, no le han sabido entender ni querer.

      Besos.

      Eliminar
  2. Me he leído la historia entera de Roberto... Ahora entiendo perfectamente que te sientas así pero, aunque no lo creas, has hecho muchísimo por él. Es una sitiación tan difícil y delicada...

    Me ha encantado la respuesta de tus alumnos, matizando, "no se ha ido, le habéis echado"

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hice lo que podía en ese momento, o quizá podía haber hecho más pero no me atreví a ello, y ahora está solo de nuevo, y no sé si encontrará algún tipo de apoyo...

      Besos.

      Eliminar
  3. Hola guapa! Lo primero no sufras. Y mucho me temo, que por lo que te leo, seguirás intentando encontrar la solución.¡Ánimo! Merece la pena seguro. Besos mil!!!!!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por los ánimos. Intentaré encontrar algo que pueda hacer. Eso es cierto, pero lo veo difícil. Con los años, cada vez me vuelvo más realista y menos idealista. Es una mie... pero es así.

      Besos.

      Eliminar
  4. Qué mal lo voy a pasar cuando trabaje... Menuda llantina tengo después de leer toda la historia.

    Qué feo debe de ser sentir que estorbas en todas partes... en el instituto, en tu familia, ... Qué mal.

    Un abrazo profe.

    PD: muy grandes esos alumnos, con la puntualización...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De estos chicos vas a tener en todas partes, y lo malo es que te van a hacer la vida difícil y no vas a tener ganas, en la mayoría de los casos, ni de ayudarlos. Una vez que te sientas con ellos y escarbas y poco en su interior, te das cuenta que se portan como se portan porque por dentro están destrozados. No es así siempre, pero sí en muchos casos.

      Besos.

      Eliminar
  5. Pobre Roberto. Esperemos que, donde haya ido, haya alguien con tanta dedicación como tú dispuesto a ayudarle.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ha ido a un sitio donde yo ya he trabajado. Es la suerte de haber estado por tantos lugares. Y me falta el tiempo y el valor para hacer una llamadita y preguntar por él. No lo he hecho antes porque mis puntos de referencia allí ya no están en el centro, pero llamaré o me pasaré de todas formas.

      Besos.

      Eliminar
  6. He leído tu última respuesta a los comentarios y veo que ya sabes dónde está. Entonces, sin más, yo iría a ver cómo está. Si no lo haces seguramente te quedará la espinita clavada.

    La gente no se imagina que los profesores tengan tanto cariño hacia sus alumnos. Y deberían saberlo.

    Besos :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa visita está asegurada. Pero se tienen que alinear muchos astros para que pueda pasarme por allí en horario escolar.

      Besos.

      Eliminar
  7. Es complicado..
    ...ahí está el límite...esa fina barrera que se traspasa o no...pero que sólo uno mismo decide...
    ..ánimo...tú misma sabrás que decidir...sólo tú lo harás...
    Besos,Ro y ánimo una vez más!!

    ResponderEliminar
  8. Te he leído esta mañana y me he quedado loca, porque me acuerdo de Roberto muy bien.
    Y sabes qué? Aunque ya lo has contado más veces y nos vamos conociendo, me parece impresionante que seas tan sensible a los "temas de tu trabajo" (no sé con qué otra palabra expresarlo). Siempre he creído que uno se vuelve insensible a fuerza de verlo (enfermos, desahuciados o chavales con problemas) pero veo que en tu caso, no.
    Desde la ignorancia y el cariño me meto en camisa de once varas y opino que deberías aprender a desconectar, porque es una pena enorme pero no puedes hacer nada y al final, vas a sufrir de más...
    Besos, guapa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y, por cierto, me recuerdas muchísimo al padre de Mr Mus, maestro y director de un cole implicadísimo. El último día que estuve allí salimos a tomar unos vinos y antes pasamos por casa de un chavalín a llevarle unos edredones. Me estuvieron contando que la madre del chaval trabaja de 10 a 15 y de 17 a 20 h en el Día, en la puerta pidiendo, y que ese fue el motivo plr el que no podía reunirse con el tutor del chaval (mi suegro) determinado día. Pues el tutor en cuestión se fue a la puerta del Día a tener la reunión con la madre, para que ella no faltase a su trabajo.
      A mi suegro lo admiro y a ti también.

      Eliminar
    2. Sí, lo de no saber desconectar es un verdadero problema. No creas que no soy consciente. Cuano, a veces, me duermo pensando en mis alumnos y luego sueño con ellos, sé que he llegado al punto en el que tengo que echar el freno. Y estos días son de esos.

      Mira una curiosidad. A mí tu mister Mus me parece que sería un buen profe, eso sin conocerlo. Tiene pinta de tener paciencia, empatía y nada de miedo a hacer el tonto en clase. Así que...parece que le viene de familia.

      Besos.

      Eliminar
  9. Hola Ro,

    Haz lo que debas, pero no te sientas mal al contrario, él agradecerá seguro verte, y seguro que le encanta saber que es importante para ti, pero hazlo (es dificil) intentando que te vea alegre, normaliza la situación, para que no le vengan un montón de sentimientos encima mezcla de alegría y sentimiento de tristeza por sus circunstancias, que te vea como una amiga, que aunque le puede ayudar, un poco, no puedes ser su solución, él debe aprender a saber capear las circunstancias que le vienen encima. Y a ti seguro que te hace bien.

    Y muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuucho ánimo!

    ;)

    Belén

    ResponderEliminar
  10. El viernes me acordé de él mientras leía la historia del otro chico, pero no quise preguntar. Me imaginaba que le seguías y que la historia no iba ir mucho mejor.
    Bueno, llámalo como quieras, se lo han quitado del medio. ¿Cómo llamarlo? supongo que es lo de menos en esta historia. Roberto ¿Cómo estará? bueno, supongo que todavía perdido y sin saber cual es su sitio en esta vida. Muchas veces se pierden pequeñas cosas buenas buscando la gran felicidad, el gran triunfo. Puede que encuentre el camino, un camino. En el otro insti parece que no estaba así pues no estés triste porque no continúe allí. No perdamos la fé, no la pierdas Ro.

    ResponderEliminar
  11. Jo, qué pena! y no puedes localizarle?
    Seguro que ese chaval dentro de unos años se acuerda muchísimo de su profe Rocío y tendrá muchas bonitas palabras de agradecimiento hacia ti

    ResponderEliminar
  12. Te he descubierto por casualidad... Me gusta tu blog, te sigo. Aunque esta entrada deja un sabor agridulce...

    Saludos

    ResponderEliminar
  13. acabo de leer todas tus entradas sobre él... y me han caido lagrimones como pelotas de gordos... por desgracia como educadora social me encuentro con chavales en estas circunstancias muy a menudo... el año pasado estube de prácticas en una asociación para chavales con probles familiares y en riesgo de exclusión social y Roberto me recuerda a alguno de ellos... te digo una cosa, a pesar de lo que puedes creer no todo está perdido. Hay formas de ayudarle y seguro que lo conseguiran pero no pienses que es culpa tuya, no es tu trabajo ayudarle en ese sentido y no puedes culparte por ello, cuando te necesitó estuviste ahi y eso ya es mucho de lo que se puede decir de muchos profesores.

    ResponderEliminar

Cuéntame...