miércoles, 19 de diciembre de 2018

El final del trimestre

Tal vez alguno de los que soléis pasar por aquí os preguntéis cómo ha ido el trimestre en mis clases y mis alumnos. Tal vez no sea así, pero os lo voy a contar de todas formas.



Ya tenemos hechas las evaluaciones y puestas las notas. Este trimestre ha sido una batalla campal, de la que termino con múltiples heridas mientras que mis alumnos apenas si se han despeinado. No sé si aguantaré el curso entero este año.

Mi jefe de estudios el otro día comentaba, después de tener castigados a dos de mis alumnos varios días, que no entiende cómo podemos seguir entrando en clase cada día. Que tenemos mucho mérito. Le dije que hay gente que piensa que no hacemos nada. Ella lo sabe de sobra, y simplemente asintió. Pero resulta descorazonador este panorama.



Llevo ya días pensando en cuál va a ser mi estrategia para el trimestre próximo, porque esta no me está funcionando y me está generando mucho esfuerzo, estrés y no han merecido la pena.

Creo que tengo dos opciones: apretar más la cuerda, o dejarlos caer. Y voy a optar por la segunda. Lo digo con un poco de vergüenza, porque no debería dar a ningún alumno por perdido, y mucho menos en enero. Pero se trata de una lucha sin cuartel estar intentando todo el día que dos alumnos hagan algo, tengan el cuaderno encima de la mesa, saquen un bolígrafo, atiendan a lo que se les explica, hagan un ejercicio, quieran corregirlo, estén atentos a las correcciones, ... todo esto intentando la máxima corrección en las formas y en las palabras por su parte y por la mía. La mayoría de los días termino cabreada como una mona. Y ellos también.



Así que, como no tengo ganas de más, voy a dejarles. Tengo dos alumnos que atienden y se esfuerzan y otro que se deja llevar por las contestaciones y las tonterías de los dos disruptores, que es en realidad al que más molestan estos alumnos en clase, porque no quiere trabajar, pero lo hace; aunque si los otros dos hacen tonterías, se apunta a todas. Voy a sentar a esos tres alumnos en primera fila y a los otros dos atrás del todo. Voy a explicarles que han ganado, que dejaré de preocuparme de ellos, que han conseguido lo que querían. Y lo siguiente será intentar el trato. Yo les dejo tranquilos y ellos nos dejan a nosotros.

Sé que al principio será así, que nos dejarán bastante, hasta que se aburran. Se aceptan apuestas de cuántos días, o semanas pueden tardar en volver a la carga. Porque en realidad, ¿cuál es la razón de su existencia si los demás pasamos de ellos?



No voy a contar con ellos para nada. Si les apetece trabajar, estupendo. Pero tampoco lo voy a celebrar como si fuera una fiesta. Si quieren apuntarse a lo que hacemos, perfecto, pero dejaré de castigarles por no hacer nada, por no estudiar, de repetirles las pruebas, de forzarles a aprobar aun en contra de su voluntad. Si no quieren, allá ellos.

Tampoco tengo intención de darles el trabajo que tanto trabajo me cuesta preparar. Haré sus fotocopias, las dejaré sobre mi mesa y si las reclaman se las daré. Si no, para tirarlas que es lo que suelen hacer, me niego a darles el gusto. Las guardaré para otras ocasiones. No voy a seguir gastando tiempo y esfuerzo en ellos, en explicarles nada y en atenderles en nada.

Creo que estoy justificándome, y quizá no es lo que tengo que hacer, y también puede que me equivoque, porque soy la adulta, la profesora, y no debería dar a casi la mitad de mis alumnos de esa clase por perdidos en estos momentos, pero creo que el esfuerzo me está pasando factura y no puedo más; os diré que hace semanas que no quiero ir a clase, que estoy muy agobiada y que pienso que, si sigo así, no terminaré el curso.



¿Y ellos qué piensan? Que soy una pesada, que les agobio, que les estoy haciendo la vida imposible, pero nada en ellos indica que vayan a mover un ápice su postura, así que cederé, perderé terreno pero intentaré llegar a clase con una actitud más positiva por los otros tres, que se merecen que hagamos cosas, que no pasemos las clases discutiendo o intentando que hagan algo los dos que no quieren. Voy a centrarme en los que sí. A ver qué sale de ello.

Seguiremos informando.

(Todos los muñecos que ilustran mi entrada de hoy son de esta tienda de Etsy)

14 comentarios:

  1. hola, pues sin ser docente , yo te apoyo, y me parece lo mas respetable, por ti, y por los otros a los que puedes sacar adelante.
    Y yo te iba a preguntar por las fotos ... no tengo niña a quien regalarle algo asi

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    1. Creo que podrían hacerse más cosas por ellos, pero no estoy en posición de hacerlas, y tal vez no sé cómo hacerlo.

      Besos.

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  2. Pues me parece estupenda tu decisión. Por mucho que sean jóvenes con ciertas necesidades, tú eres una persona y profesional que se merece respeto. Ya basta de tener que aguantar las maldades de 2 individuos y tener que intentar enseñarles en clase la educación que no han recibido en casa. Y, claro, también por los demás alumnos que se ven perjudicados por estos impresentables, que se merecen toda tu atención y esfuerzo.

    Ánimos!!

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    1. Gracias, Mery, tengo que tomármelo de otra forma y empezar de nuevo para llegar a algún sitio.

      Besos.

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  3. ¡¡¡Plas, plas, plas...aplauso para tí!!! en mi opinión es una buena decisión, a veces es mejor perder una batalla y ganar la guerra, que querer ganar todas las batallas y acabar perdiendo la guerra.

    Ahora a disfrutar de las vacaciones ;-)

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    1. Me parece muy buena reflexión. En junio te cuento si al final perdí todas las batallas y la guerra o qué... jajaja.

      Besos.

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  4. Primero de todo tu salud, física y mental, y se ve que necesitabas tomar esa decisión, así que ánimo y tranquilidad.
    Las fotos... si no llegas a poner de dónde son me muero, aunque la dueña está tomándose un descanso!!! Mira las cositas de ese estilo que tiene en IG @tetezgz. Menos mal que no tengo niños pequeños para regalárselos, porque me arruinaba.

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    1. Pues sí, la decisión está tomada, y veremos lo que sale.

      Besos.

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  5. Que se caigan, Ro, no merecen la pena.

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    1. Lo necesito para no atascarme, que este trimestre hemos hecho tan poco y con tanto esfuerzo...

      Besos.

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  6. Me uno al aplauso. Lo primero es sobrevivir tu misma y así ayudar a quien lo merezca que haberlos los hay. A veces me hago esa reflexión, si todos nos lo merecemos todo una y otra vez, si siempre hay una justificación para ese tipo de comportamientos (ambiente familiar, dura infancia, inmadurez, edad, falta de esto o de lo otro) pero creo que uno de los grandes tabúes de la época que nos ha tocado vivir quizá sea ese, no se puede reconocer en voz alta que no se puede ayudar a quien no quiere ser ayudado y lo ha dejado claro y si seguimos nos destruye por el camino claro...
    y que conste que tengo una hija adolescente y me planteo todos los días una lucha titánica desde que suena el reloj, pero no por la edad ni la época que atraviesa,creo que tiene una condición desde que nació en algunos sentidos.
    Un beso

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    1. No sé, me da una tristeza infinita tener que dejar de lado a dos alumnos. Es bastante normal hacerlo, porque a veces no consigues que todos trabajen, aprendan, hagan, pero en una clase con solo cinco eso sí que no es normal.

      Besos.

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  7. Muchos ánimos! (Y me encantaron las fotos :D)

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  8. y supongo que no aprobarán, no? o habrá efecto contagio con los otros tres?

    yo no les diría nada sobre tu renuncia, solo les diría que no perderás el tiempo y que te centrarás en la clase, que ellos se sumen o no, pero que no molesten a los demás... y que no crean que han ganado, porque no le han ganado a nadie, no saben lo que se pierden!

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